La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) destacó en su último reporte de julio de 2013 a Chile como uno de los diez países del mundo con el mayor porcentaje de suscripciones de fibra óptica en relación con el total de contratos de banda ancha fija.
Notas de prensa indican que, de acuerdo con la institución, el 66% de las suscripciones a internet fijo en el país sudamericano son de fibra óptica, lo que le permite ubicarse en la décima posición a nivel global y liderar el ranking en todo el continente americano.
Es una noticia importante, porque liderar despliegue de fibra óptica, que es el chasis base y esencial de desarrollo de distintas tecnologías, como es el 5G, demuestra que nuestro país se toma en serio la disminución de brecha digital y dar acceso de calidad de nuevas tecnologías.
El desarrollo de las telecomunicaciones en Chile nunca ha sido al azar, sino gracias a un trabajo público-privado.
Se ha fortalecido con políticas públicas de mediano a largo plazo que transcienden a los gobiernos de turno y han logrado que Chile sea destacado a nivel internacional.
En caso de fibra óptica, cuando asumí como subsecretario de telecomunicaciones en 2° gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, había sólo 4% de hogares con fibra óptica y despliegue de redes de alta velocidad limitada a troncales nacionales y no en todo el territorio nacional.
En 2014 iniciamos el Plan Nacional de Infraestructura de Telecomunicaciones donde proyectamos un desarrollo especial de fibra óptica y diseñamos diversas iniciativas. Pero el diseño debía ser de la mano de todos los actores y especialmente de las empresas de telecomunicaciones. Es así como en diciembre de 2014 se instauró una mesa de trabajo público-privado para concretar estas políticas públicas.
Para comenzar con una iniciativa específica, comenzamos con el proyecto de fibra óptica austral (FOA). Este proyecto fue revolucionario en varios sentidos e incluso algunos consideraron que era inviable y que nunca se concretaría. En primer lugar, por primera vez el Estado de Chile subsidiaba infraestructura de telecomunicaciones y dejaba atrás el subsidio a servicios de telecomunicaciones, en donde la infraestructura quedaba al arbitrio y control de las empresas.
Al mismo tiempo se consiguió el subsidio inédito e histórico de US$100 millones para conectar de Puerto Montt a Puerto Williams logrando tener finalmente una carretera digital y conectar finalmente a todo Chile por Chile con las distintas redes de fibra óptica.
Luego de sentar las bases de que era posible subsidiar infraestructura, continuaron con el diseño del Plan Nacional, en el segundo gobierno de Sebastián Piñera, quienes también subsidiaron el proyecto de Fibra óptica Nacional (FON), el cual está en desarrollo y que unirá de Arica a Puerto Montt.
Paralelamente se ha avanzado en proyecto de última Milla y Fibra Óptica en Complejos Fronterizos, para llegar a gran parte del territorio poblacional con redes de alta velocidad. Se logrará que de 345 comunas que existen en Chile, 340 van a estar conectadas vía fibra óptica y en esta administración de Gabriel Boric se trabaja en proyectos para conectar las últimas comunas y así ir hacia la eliminación de la brecha digital.
Falta sí, concretar la instalación de fibra óptica transoceánica con Asia Pacífico (o hasta Australia como lo dejó proyectado el gobierno anterior) y que surge de la misma manera, con una proyección de un trabajo conjunto entre Chile y China. En esa oportunidad (febrero de 2016), se firmó un acuerdo de colaboración de TIC que incluye la realización por parte de este último de un estudio de factibilidad para construir un enlace de fibra óptica transpacífico. Hoy ese proyecto, llamado Humboldt, está en manos de Desarrollo País, quien avanza en concretarlo.
Cuando existe una mirada de futuro, voluntad política, trabajo colaborativo, pensando en las personas y con identidad nacional, los resultados siempre serán exitosos y la titularidad de los logros serán colectivos y no individuales.
