El desarrollo de la ciencia, tecnología, conocimiento e innovación en Chile pareciera ser un tema absolutamente transversal entre todos , sin importar tendencia política o social, puesto que existe un sano consenso de que el desarrollo de nuestro país requiere el fortalecimiento del conocimiento científico y tecnológico.
Sin embargo, a pesar de esta concordancia, siempre ha existido una escasa correlación con esta aspiración. Así, a nivel de presupuestos, durante muchos años los fondos destinados a estas áreas ha sido insatisfactorio para los actores que participan en estas materias y a nivel comparativo inversiones I+D como país ha sido 0.4% del PIB, alejado del promedio de países OCDE que es de 2.4% del PIB.
Por otro lado contar con una institucionalidad en Chile costó para que se generara la iniciativa. Al mismo tiempo, tras la presentación del proyecto de Ministerio, se generó una discusión parlamentaria respecto de cuál sería el rol de este futuro ministerio, entendiendo la transversalidad de sus posibles funciones, facultades, atribuciones y misiones, incluso de cuál sería el nombre más apropiado.
Finalmente quedó aprobado que la institucionalidad sería el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, el que se definió como el encargado de asesorar y colaborar con el Presidente de la República en el diseño, formulación, coordinación, implementación y evaluación de las políticas, planes y programas destinados a fomentar y fortalecer la ciencia, la tecnología y la innovación derivada de la investigación científico-tecnológica.
Es así como el Presidente Piñera, a fin del año pasado nombró a Andrés Couve como el primer ministro de Chile de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, así como también Carolina Torrealba fue designada como la subsecretaria de la cartera. Sin perjuicio de esto, recién este 1 de octubre debutó oficialmente el Ministerio tras meses de preparación en su puesta en marcha.
Y parece ser que el trabajo de preparación está definiendo su forma de trabajo y orientación, con una mirada claramente colaborativa con el ecosistema que debe potenciar, lo que es bastante auspicioso, considerando la inexperiencia en Chile en contar con un ministerio como éste.
Así, este lunes 14 de octubre, se llevó a cabo un primer encuentro (tal como indicaba la invitación) entre reconocidos actores del ecosistema para recoger nuevas miradas que alimenten la primera política nacional de ciencia, tecnología, conocimiento e innovación que se desarrolla en nuestro país.
Fueron invitados unas 40 persona, no tan sólo destacados científicos e investigadores del país, sino también otras figuras como rectores de universidades, representantes de industria, de la sociedad civil y mundo académico. Debo señalar que yo también fui invitado a la actividad, por lo que desde acá agradezco la consideración y oportunidad de colaborar con ideas y propuestas sobre el futuro de Chile.
Esta primera jornada de trabajo, cuya presentación inicial fue explicada por el propio ministro Couve, denominada «Pensemos Juntos la Ciencia, la Tecnología, el Conocimiento y la Innovación para el Futuro de Chile», dio inicio a este importante proceso de elaborar la política nacional, a partir de un proyecto base con ejes de acción específicos y que fueron alimentados con las propuestas e ideas de los nvitados. Se comentó también que respecto a la realización de otras jornadas generales y más técnicas, en un cronograma diseñado desde el Ministerio, para concluir en marzo del próximo año en la que se presentaría oficialmente la política nacional con un claro génesis colaborativo y participativo.
Es importante destacar tanto el tipo de diseño de Políticas Públicas que benefician a todos los chilenos, como la forma de su elaboración, toda vez que la participación de actores relevantes generan mayor legitimidad a los planteamientos, siendo obviamente resorte de la autoridad considerarlos y potenciarlos. Sin embargo no queda dudas que frente a un trabajo coordinado y que permita participación amplia, tendrá un mayor respaldo transversal, tanto en su ejecución e implementación.
Esperamos desde ya que en la ley de presupuesto de éste y los próximos años, exista un apoyo decidido a este tipo de procesos y acciones concretas, puesto que el desarrollo de nuestro país no continuará con la lógica extractivista y de explotación de recursos naturales. Debemos pasar hacia el desarrollo científico y tecnológico junto con su correspondiente formación y generación de capital humano, como nuevo enfoque de nuestra matriz económica.