Los ministerios de Economía, Fomento y Turismo y de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, junto a la Universidad Adolfo Ibáñez y a la empresa Amazon, había decidido formar y constituir en su representación una fundación privada sin fines de lucro denominada “Fundación Data Observatory”.
Según sus fundadores, según describen en sitio web, el Data Observatory (DO) «nace para contribuir a cerrar brechas en el desarrollo tecnológico y aumentar el protagonismo de nuestro país en la cuarta revolución industrial. Como una organización público-privada sin fines de lucro, el DO busca potenciar al máximo el beneficio que obtenemos de los datos públicos, de valor global y únicos que se están generando en nuestro país. De este modo, contribuye a convertir a Chile en capital del Data Science o ciencia de los datos.
El DO es un innovador motor de desarrollo que articula a la academia, el sector público, la industria y la sociedad civil en colaboraciones globales, generando soluciones y capacidades en Data Science y tecnologías afines que son útiles y tienen retornos en diversos sectores de la economía. De esta manera, a través de alianzas estratégicas el DO ya explora las oportunidades que abren los “cubos de datos” de código abierto en diversas áreas de la ciencia y la economía.»
El proyecto en sí ya se encontraba funcionando, tal como se informa desde principio de año en reportaje de diario La Tercera, y en la que se indica que específicamente estaban contando con apoyo de transferencia de datos del radiotelescopio ALMA del Observatorio Europeo Austral (ESO), y que buscarían recoger datos de los observatorios instalados en el país.
Se considera que el DO permitirá procesar datos extraídos del espacio y cielo, y utilizarlos en desarrollo, tecnología, innovación, conocimiento y ciencia, entre otros. Su objetivo es potenciar al máximo el beneficio que se puede obtener de estos datos, de valor global, que se generan en el país.
Sin embargo, el decreto de creación de dicha Fundación fue representada por la Contraloría General de la República, es decir, no dio el visto bueno respecto a la legalidad del acto administrativo y por tanto no es válida la creación de esta persona jurídica. Es un duro golpe a la iniciativa del gobierno.
En un extenso reportaje de Radio BioBio, titulado «Proyecto estrella: Contraloría paralizó alianza de Amazon con Economía para manejo de datos en Chile» se individualiza las razones de este freno e incluye algunas de mis opiniones al respecto, en donde, en concordancia con Contraloría, también estimo dudoso la creación de una fundación, que utiliza información pública (de datos obtenidos por organismos públicos) y le da amplia libertad de procesar y generar valor agregado. Lo cuestionable es la elección de participantes privados, la remuneración de directores que varios serían funcionarios públicos y posibilidad de generar modelos de negocio no controlados por el Estado, además de vigencia indefinida de la fundación entre otros.
En palabras de los gestores del proyecto, «la idea es que estos datos no solo sirvan para generar más conocimiento astronómico, sino que se puedan usar en otras disciplinas, como el transporte público o la medicina por ejemplo. ¿Cómo? Sistematizar datos astronómicos bajo una nueva fórmula, puede replicarse en otras áreas. Es decir, no es que los datos astronómicos en si sirvan para la medicina, sino que la forma de obtenerlos, por ejemplo, podría ayudar a hacer más eficiente la búsqueda de tumores cancerígenos.
«En el proceso de análisis de datos se desarrollan algoritmos. Hay varios ejemplos que muestran cómo el desarrollo de estos datos pueden ayudar en otra disciplinas. No sabemos a priori en qué podemos usar estos datos, pero como en la ciencia, a posteriori se puede generar un gran descubrimiento», dice Jorge Ibsen, head of computing joint Alma Observatory.
En término prácticos sería una forma indirecta de privatizar bienes y datos públicos por actores definidos a dedo.